de los grandes saboteos de nuestra mente, es contarnos historias, las que sean, que nos hacen sentir culpable. Es un hábito inconsciente de nuestra vocecita que surge cuando las cosas no fluyen bien; un hábito bien aprendido por nuestra educación parental, escolar y religiosa. También es un hábito innato a la hora de no saber manejar nuestra respuesta cuando alguien sufre a nuestro lado en consecuencia de algo que hemos podido hacer o no hacer.
Esta mañana recibimos una mala noticia. En un caso así, lo que nos dice nuestra vocecita en los minutos que siguen es altamente importante: porque tiene el poder de destrozarte o de tomarlo como un desafío que podrás sobrepasar. Tomé una carta de Preguntas Creativas al azar que decía: ¿Por qué soy inocente?. Me di cuenta que aunque no quería oírla, mi vocecita me culpaba frente a las decisiones que hemos tomado y las posibles repercusiones en la familia y en nuestros hijos.
Cuando siento que mi vocecita quiere atacarme, o que pasa algo que me desestabiliza, tiro una carta y me dejo impregnar de una de las preguntas, la que más me gusta. Esto tranquiliza la mente, ayuda a cambiar de percepción, a veces tener pistas de comprensión y a conectar con mi esencia y mi potencial.
¿Por qué Soy Inocente?
¿Qué me hace perfecta?
¿Cómo sé que soy divino?
¿Cómo he cambiado de sentirme culpable a recordar mi pureza?
¿Cómo me siento cuando sé que soy inocente?
¡ inocentes, preciosos y responsables (capaces de responder)… es lo que realmente somos !
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