Durante los 9 primeros meses de nuestra existencia, nos entregamos por completo a la inteligencia de la Vida que nos moldea de forma tan compleja y perfecta. Al nacer y mientras vamos creciendo, poco a poco aprendemos que no siempre recibimos lo que queramos, aprendemos frustración, desconfianza, sufrimiento, etc. Hasta el momento que decidimos que lo mejor es confiar solamente en uno mismo y controlar nosotros mismos nuestra existencia para que sea la más dulce posible.
En este proceso nos olvidamos de nuestra conexión a esta inteligencia mayor, esta vida que nos creó. Algunosla llaman Dios, Universo, Madre, Ser, Espíritu, Naturaleza, etc.
Todos sabemos que controlarlo todo es bastante desgastador, además de ser “misión imposible”. Sin embargo, puede que habéis experimentado el milagro que ocurre cuando finalmente agotados, podemos soltar nuestro problema, y “pedir ayuda” a una parte más sabia de nosotros mismo.
¿Algunos casos especiales de cuando “rendirnos”?
- Cuando nos empeñamos con algo que no funciona
- Después de pedir claramente un deseo, para soltar las expectativas que impiden al flujo creativo de manifestar este deseo.
- Cuando no sabemos por donde ir, cuando lo que pasa nos desestabiliza o nos aterra.
¿Que nos permite soltar?
La confianza (como la experiencia) de que algo más grande que el ego nos nutre y pone en marcha la sabiduría universal para mi mayor bien como para el mayor bien de todos.
¿Alguna idea de cómo soltar?
Eligiendo entregar, como cuando das un regalo a alguien, lo depositas en las manos del otro, sabiendo que ese Otro tendrá bien cuidado de este regalo.
Es como rezar; en El Curso de Milagros, es entregar tu dolor, tu preocupación, sea lo que sea en manos del Espiritú Santo
“Rendirme es como sentarme en el sitio del copiloto, y invitar que mi Ser se ponga al volante”
¿Por qué quiero entregarme?
¿Por qué es fácil abrirme?
¿Cómo puedo soltar y confiar?
¿Cómo he cambiado de querer controlar a relajarme en el fluir de la vida?
¿Cómo me siento cuando acepto rendirme?
Es tiempo de soltar nuestras locuras humanas y conectarse con nuestra Verdad, y ¡eso sí se puede llamar Seguridad, Gozo, Felicidad!
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