Esta mañana Manuel y yo fuimos a la playa, nos sentamos en una roca al sol y fuimos filosofando con esa pregunta   ¿Cómo conciliar esta vida de carne y hueso sabiendo que todo esto es una ilusión, un juego, un sueño?   Preciso, que Manuel acaba de volver de un taller de fin de semana sobre un Curso de Milagros con nuestros amigos y compañeros de “Milagros en Red”.  Compartiendo, nos surgió una imagen que nos gustó a los dos y que deseamos compartir con vosotros.

             Si pasamos una tarde jugando al Monopoly, podriamos vivirlo desde la actitud “esto solo es un juego y lo miro desde lejos”… con el efecto probable de que me aburra, o desde la actitud “aunque se que es un juego, me implico al 100% con los demás jugadores y entro a fondo en ello”… con el efecto probable de sentir más chispa y de disfrutar mucho más.  En ambos casos, sabemos que estamos jugando, pero es realmente el entregarnos al completo en la experiencia lo que hace que nuestra vida sea plena.  

El arte entonces es conciliar consciencia y entrega.

 ¿Por qué elijo jugar?  ¿Por qué elijo implicarme? 

¿Por qué elijo ser consciente y al mismo tiempo disfrutar de todas las experiencias?

¿Cómo me siento cuando me permito vivir y disfrutar?

Os invitamos a expresar vuestras ideas y experiencias.  ¿Qué opinais?